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La Historia del Té

 

El té nació en China hace aproximadamente 4,500 años y al principio se creó para usarlo como una bebida medicinal, hasta que poco a poco fue haciéndose cada vez más popular. Esta costumbre milenaria fue expandiéndose mundialmente hasta llegar a ser una bebida universal cuyo descubrimiento fue, como dicen algunos historiadores, de casualidad. Se dice que, por esos años, el emperador Shen Nung ordenó que toda el agua destinada para el consumo humano tuviera que ser hervida previamente. Un día, mientras descansaba bajo un árbol de té, vio que cayeron algunas hojas en el recipiente donde se hervía el agua y pudo percibir un aroma agradable. Más adelante, su sabor adquirió también gran aceptación.

La tradición del té está llena de detalles desde la manera como se consume hasta los utensilios que se utiliza, lo importante es que cada región o país conserva su propio estilo.

En China, el té es considerado como la bebida más popular y posee la más grande variedad a nivel mundial con más de mil tipos de té. En este país se cree que beber el té regularmente ayuda a prolongar la vida.

En el libro “El Té Chino”, se distinguen 4 etapas en el consumo del té: en la primera, era bebido como medicina y como ofrenda; en la segunda, como alimento; en la tercera, el té se empezó a beber desmenuzado en agua hirviendo; y, en la cuarta, se preparaba ya en infusión. En cambio, en “El Libro del Amante del Té”, se detallan 3 etapas: en la primera, se consumía en forma de bolita o pastilla; en la segunda, era consumido en forma de polvo verde que se convertía luego en espuma al batirlo (lo que daría origen la famosa ceremonia japonesa del té); y, en la tercera, se bebía el té en infusión.

En el año 1658, el té llegó a Inglaterra gracias a un comerciante que lo ofrecía como medicina. Años después, la realeza británica se dio cuenta de su refrescante sabor y rápidamente se hizo popular.

A inicios del siglo XIX, el té se bebía a cualquier hora, hasta que la duquesa de Bedford inició la tradición de beberlo a las 5 de la tarde. Cuenta la historia que un día pidió que le trajeran un poco de té porque se sentía indispuesta, y se sintió tan bien después, que en lo sucesivo pidió que invitaran a sus amistades a degustar el té junto con pasteles y sandwishes, según señala la web Cocina Vino.

En Rusia, el té apareció en el siglo XVII y también llegó a convertirse en una bebida muy popular ofrecida especialmente para recibir a los invitados. Se dice que los rusos acogieron esta infusión a través de los mongoles, pero antes ya tenían el samovar, una especie de cafetera alta, de metal y dotada de una chimenea interior que se utilizada para hacer las infusiones y era considerado como el mejor recipiente para preparar el mejor té. Se le colocaba un poco de carbón para mantener el té siempre en hervor.

El té, así como el vodka, se convirtieron en las 2 bebidas principales de este país, y, a pesar de que fue traída de China, Rusia desarrolló también sus propias tradiciones en torno al té.